Los especialistas y la documentación especializada nos dicen que el sobreendeudamiento puede generar estrés; propensión al consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias; problemas de aumento de peso; fricciones entre las parejas y la familia; y hasta depresión, en los casos más extremos.
Esto quiere decir que todas las personas van a experimentar, indefectiblemente, estos problemas. No, no todas las personas enfrentan esta dificultad de la misma manera. Entre otras razones porque rara vez se vive el endeudamiento completamente a solas, casi siempre la familia se ve relacionada.
La comunicación y los compromisos son los factores claves para hacer de ella, la familia, un apoyo e inspiración para superar el endeudamiento.
Dos factores que pueden ayudar a hacer del proceso menos tenso son: la orientación y la comunicación.
La comunicación familiar y el sobreendeudamiento
La base de todo este proceso es hablar abiertamente sobre las deudas con el núcleo familiar, con la pareja y los hijos.
No es lo más sencillo. Hay sentimientos de vergüenza, frustración y el miedo a afectar el nexo con los otros. Pero es lo esencial para avanzar hacia una sana relación con la familia mientras se supera la deuda.
De modo muy simple, se podría englobar el tema diciendo que la morosidad de un préstamo se puede producir por razones accidentales o por negligencia de la propia persona.
En el primer caso están los despidos, los accidentes, desastres naturales, situaciones de salud, entre otros.
En el segundo caso están los gastos excesivos e innecesarios con la tarjeta de crédito, los créditos solicitados sin evaluar la capacidad de pago, los extracréditos para tratar de solventar otros préstamos, el olvido recurrente del pago de las cuotas y otras situaciones afines.
En el primer caso, hay que informar a la pareja e hijos sobre la situación económica. Recurrir a los fondos de emergencia. En caso de no tenerlos, comprometerse a construirlos para afrontar posibles dificultades en el futuro.
Para el segundo caso hay que reconocer el error y aceptar que no se actuó de la manera más responsable. Posteriormente, hay que comprometerse con los seres cercanos a tomar los correctivos inmediatos para evitar que suceda de nuevo: conseguir educación financiera, poner límites a sus gastos, cancelar tarjetas de crédito, vender pertenencias para recaudar parte de lo adeudado, buscar entretenimiento gratuito o de bajo costo, etc.
Compromisos para superar el endeudamiento
El segundo paso más importante es transparentar los compromisos que representará salir del endeudamiento.
Los adultos deben cargar con la mayor cuota de los sacrificios. Lo ideal es afectar lo menos posible la vida de los hijos, sobre todo si son infantes.
En consecuencia, deben limitar sus salidas y gastos en entretenimiento. No significa dejar de despejarse y, menos que menos, en familia. Solo se trata de considerar alternativas de bajo costo o gratuitas.
El tiempo positivo en familia, en realidad, ayuda en mucho a hacer más llevadera la carga de la austeridad, pero sobre todo ayuda a fortalecer los nexos familiares. Los paseos al aire libre, los juegos en casa, el deporte y otras actividades, por tanto, son de gran ayuda.
Los otros compromisos son reducir los gastos en casa. Esto puede incluir suspender la compra de ropa y accesorios, variar la comprar de alimentos, usar transporte público, eliminar servicios de streaming o gimnasio, entre otros.
Volvemos sobre el tema de los niños. Hay ocasiones en que el endeudamiento es severo y, sencillamente, no es posible mantenerlos en la misma escuela o costear sus actividades recreativas o extracurriculares.
En ese particular, hay que conversar con honestidad con los hijos. Explicarles que la situación económica se ha deteriorado y que, temporalmente, no se podrá tener el estilo de vida que se tenía hasta ahora.
Posteriormente viene lo más importante: el acompañamiento constante a su estado de ánimo y sus inquietudes. Es importante que ellos sientan que sus padres se preocupan por su estado de ánimo, que los escuchan en sus dificultades y, sobre todo, buscan las maneras efectivas de ayudarlos.
La educación financiera
Incluso en las situaciones negativas y apremiantes se pueden sacar ganancias. Para el caso de los hogares endeudados, esta circunstancia puede servir para instruir financieramente a los hijos.
Este tema no es ninguna minucia. Pongamos el caso de Estados Unidos. Allí, actualmente, 68% de los padres de hijos adultos están sacrificando sus ahorros o patrimonios para socorrer financieramente a sus descendientes.
Si bien hay factores económicos que influyen, también refiere la falta de una educación financiera que prepare a los hijos para la planificación económica.
Es importante educarlos sobre conceptos como el ahorro, los ingresos, las metas financieras, planificación y postergación de gastos, y el funcionamiento de los créditos.
No se trata de infundirles un miedo a los préstamos, sino ponerlos en su justa dimensión: nunca asumir compromisos que están por encima de su capacidad de pago, responder a ellos con puntualidad y utilizarlos con previsión para alcanzar sus metas, eso sí, de manera plausible y ordenada.
Disciplina y aprendizaje
Una vez que se ha informado a la familia, que se han indicado los sacrificios, que cada integrante ha puesto de su parte; pues, lo crucial es mantenerse en el plan de austeridad hasta lograr el saldo completo del sobreendeudamiento.
Es válido, y deseable, que se celebre austeramente ciertos logros en el ínterin. Por ejemplo, finiquitar una de las deudas con una salida o una comida especial.
Una vez saldado todos los compromisos, no se trata de tirar por la borda la disciplina aprendida; hay que redirigirla.
Tener hábitos de ahorro en la familia, esta vez no para abonar a un préstamo en mora, castigado o en legal, sino para conseguir una meta: la educación universitaria de los hijos, una propiedad familiar, vacaciones o los fondos para la época del retiro laboral.
Conviene por igual tomar créditos controlados. Son instrumentos de financiamiento de bajo monto, lo que supone una facilidad para cumplir con el pago de sus cuotas. Con ellos también se puede recuperar el score crediticio en los burós, un paso esencial para recuperar credibilidad y confianza ante las entidades de intermediación financiera.Lo importante es que al final de este proceso, que puede ser demandante, tú y tu familia hayan afinado: la comunicación constante, la cooperación, dedicar tiempo a la pareja y a los hijos, la necesidad de ahorrar, evitar los gastos innecesarios y trazarse metas para la tranquilidad financiera.