¿Qué es un acuerdo de pago de una deuda bancaria?

¿Qué es un acuerdo de pago de una deuda bancaria?

Si un usuario del sistema bancario se retrasa con su crédito, incluso si este compromiso cae en estatus de deuda castigada o legal, podría conseguir un acuerdo de pago.

Es un mecanismo, pero también un documento formal, un contrato, el cual establece las nuevas condiciones en que se pagará lo adeudado. Tiene, como mínimo, cuatro informaciones fundamentales:

  • Nombres y datos del acreedor y del prestatario.
  • Monto de la deuda.
  • Plan del pago (cuotas, periodicidad, duración del préstamo).
  • Condiciones especiales (exoneraciones de penalidades, garantías, fiador, etc.).
  • Firmas del acreedor, el prestatario y garante (cuando aplica).

Mecanismo de negociación y conciliación

¿Cómo se consigue un acuerdo de pago de deuda bancaria? Negociando con el banco, con la agencia de cobranza o con el nuevo acreedor.

Si la deuda no ha superado los 60 días de vencidos es, en general, muy fácil establecer comunicación con el banco. En ese caso, es importante explicar las razones del retraso, pero sobre todo manifestar el deseo de ponerse al día. También es de mucha utilidad llegar con alguna propuesta de saldo.

Si el endeudamiento ha superado los 60 días es posible que el caso sea manejado por una agencia de cobros. También es posible negociar a través de estos profesionales. Incluso tienen la ventaja de que pueden servir de mediadores, puesto que conocen los mecanismos de conciliación frecuentes de la entidad financiera y manejan los temas financieros y legales.

Cuando el impago se prolonga por mucho tiempo es común que el banco venda el préstamo. Entonces, la negociación se debe hacer con la empresa compradora de la deuda, que, por cierto, puede tener mayor disposición a negociar.

¿Qué se negocia?

Hay que recordar que la finalidad de estos acuerdos es facilitar el pago. Para que ello suceda el acreedor tiene cierta disposición a dar alguna ventaja, pequeña o grande, pero casi siempre hay esa disposición.

Entre esas ventajas podemos enumerar:

  • Descuento sobre el monto general de la deuda.
  • Cuotas cómodas.
  • Tasa de interés más atractiva.
  • Garantía prendaria.
  • Lapsos de pagos más extendidos.
  • Aporte de algún bien como forma parcial de pago.

Al firmarse el nuevo contrato, las condiciones respecto al crédito original cambian. El mejor ejemplo de ello es lo que puede suceder con un acuerdo para deuda de una tarjeta de crédito. El producto crediticio deja de ser una línea de financiamiento rotativa o revolvente (que no tiene un número de cuotas fijas) y pasa a tener unas cuotas fijas. 

O sea, se acuerda que lo adeudado se pagará en pocos meses (entre tres y cinco), para los casos generales, o puede ser un crédito por 24 a 36 meses, como suele suceder con una consolidación. En ambos casos la tasa de interés es más baja que la que originalmente tiene un plástico. 

Este contrato tiene un aspecto legal importante, es lo que se conoce con el nombre técnico de pagaré notarial.

Este tipo de documentos tienen una fuerza ejecutoria, es decir, que en caso de incumplimiento, se puede actuar legalmente y, en la práctica, con mucha rapidez.

Parte de esta condición está registrada en el artículo 545 del Código de Procedimiento Civil de la República Dominicana.

Por un lado, indica: “Tienen fuerza ejecutoria las primeras copias de las sentencias y otras decisiones judiciales y las de los actos notariales que contengan obligación de pagar cantidades de dinero, ya sea periódicamente o en época fija”.

Más adelante en el mismo artículo se establece que los representantes del ministerio público, alguaciles y demás funcionarios encargados de ejecución de sentencias “están investidos de fuerza ejecutoria”.

De esto se concluye que el pagaré notarial es un documento que representa una segunda oportunidad; ambas partes oficializan un acuerdo que tiene, al menos, una ventaja para facilitar el pago. Muchas veces es más que una sola.

Pero también es una segunda oportunidad que hay que esforzarse en honrar, lo contrario es caer de nuevo en un impago y en un posible conflicto legal. Usa tu segunda oportunidad con sabiduría y recuperar tu bienestar económico.