Se trate de una tarjeta de crédito, de préstamo hipotecario o crédito bancario, el impago puede traer consecuencias serias para tu economía. Incluso tu vida profesional e incluso para tu familia.
Si tienes un retraso moderado, hablamos de menos de 90 días, no estás en un escenario tan grave. No obstante, tienes consecuencias negativas inmediatas: caída de tu récord crediticio en los burós de crédito.
Es decir, tu puntuación baja y, en caso de pedir un nuevo crédito bancario, los bancos notarán que tienes problemas para cumplir con tus compromisos. Te pueden negar el crédito o ponerte una tasa más elevada como una forma de mitigar el riesgo de impago.
En este tipo de escenario, la solución es pagar lo más pronto posible. Mejor si es el conjunto de las cuotas en mora.
Esto ayuda a recuperar tu imagen ante la entidad financiera, a frenar la caída del récord y ser percibido como prestatario que encara y se recupera de sus dificultades.
Tarjeta de crédito y préstamos personales
Lo peor que puede ocurrir con retrasos muy dilatados es el embargo de tus cuentas bancarias.
Esto ocurre con autorización de un tribunal. ¿Y cómo llegó un tribunal a todo esto? En realidad, la aparición de esta instancia no es tan inmediata. En la práctica, las entidades bancarias, por cuenta propia o a través de una agencia de cobranza, exhortan al cliente a pagar las cuotas en mora.
El acreedor puede dar un tiempo prudencial de espera, pasado ese lapso puede emprender acciones legales, la llamada cobranza judicial.
Suele ocurrir que se cite al cliente para firmar un pagaré notarial, en el que se establece un acuerdo de pago. En caso de que se incumpla nuevamente o, peor, el prestatario se niegue a firmarlo, el banco lleva el caso a los tribunales.
Esta instancia cita y escucha a las partes. Cumplida esa fase, y si se hace evidente la falta del cliente, el tribunal ordena ejecutar un embargo retentivo.
Una sentencia definitiva representaría la ejecución de sus bienes presentes y, mucha atención, bienes futuros. Teniendo efecto hasta que se salde la deuda, si hiciese falta.
Préstamos de vehículos e hipotecarios
Estos tienen lo que se llama “garantías prendarias”; es decir, la propiedad del vehículo o del inmueble pasa al banco en caso de caer en mora.
El lapso puede variar según el contrato de cada entidad bancaria. Una vez que se cruza esa línea, lo mejor es negociar rápidamente para llegar a un acuerdo de pago.
En caso contrario, el banco empieza el camino legal, lo que significará incomodidades para el cliente:
- Persecución por parte de alguaciles
- Desalojo
- Pago de honorarios
- Pagos de otros gastos
Esto es importante, porque no todo termina, necesariamente, con la pérdida del carro o el inmueble.
Si el proceso legal produjo más pérdidas (como pueden ser los honorarios de los abogados del banco o acreedor, además de otras posibles penalidades); si eso sumado supera el valor del bien, el acreedor puede levantar un acta de carencia y continuar persiguiendo los bienes presentes y futuros.
Problemas para la familia
Si crees que las deudas son solo un problema que solo le compete a los que firmaron el contrato, pues, no es tan así.
En República Dominicana las deudas se heredan, según lo establece el Código Civil. De modo que si al fallecer una persona deja propiedades, sobre estas tendrán prioridad los acreedores. Posteriormente —si alcanza el dinero— los hijos o otros herederos.
De modo que tendrán que renunciar a los bienes para que el banco o acreedor pueda cobrarse el antiguo endeudamiento.
Hay que destacar también que la prescripción de la deuda en República Dominicana no ocurre con solo dejar pasar “par de añitos”. Se requieren 20 años continuos que el banco no reclame el crédito vencido para que la deuda prescriba.
¿Por qué crees que una agencia llama por una deuda antigua un día y luego llama meses después? ¿Por qué insisten después de tanto tiempo?
Las razones son dos:
Tratar de recuperar el dinero y tener un registro de que no han renunciado a ejecutar el cobro.
Puedes tener todos los detalles sobre las consecuencias para la familia en este artículo.
Siempre hay una solución a la deuda: negocia
Antes de que haya una sentencia firme de un tribunal, puede haber un entendimiento entre las partes.
Claro está que mientras más temprano llames al banco o a la agencia de cobros para conseguir un acuerdo de pago, mayor serán los beneficios y más rápida será la respuesta favorable.
En caso de que no te sientas en condiciones de negociar directamente, la agencia de cobranza puede hacerlo por ti ofreciéndote:
- Asesoría para poner orden en tus finanzas.
- Información sobre los beneficios que estila dar tu banco.
- Indicarte la disponibilidad de refinanciamiento con una tercera organización.
- Puente de comunicación con tu banco y mediar en la recuperación de tu crédito bancario.
Consigue refinanciamiento
En ocasiones la solución puede venir desde fuera de tu organización bancaria, puede darse el caso de que un comprador de cartera adquiera un lote de deudas sin cobrar por mucho tiempo.
En esos casos, tu nuevo acreedor puede ofrecerte el cierre del crédito bancario viejo (que se reflejaría de inmediato, incluso la deuda podría ser borrada por completo de tu historial) a cambio de abrir uno nuevo en condiciones más ventajosas:
- Con una rebaja sustancial del monto original
- Tasa de interés más flexible
- Cuotas ajustadas a tu realidad financiera
- Otras condiciones que se ajusten a tu realidad de pago
Templaris es una empresa que ofrece refinanciamiento para clientes en morosidad, puedes comunicarte con su personal para descubrir si tu caso califica para este tipo de beneficios.