¿Puedo tomar la iniciativa de llamar al cobrador?

¿Puedo tomar la iniciativa de llamar al cobrador? Templaris

Llamar a tu banco o a la empresa de cobranza, a la que aquel te ha designado, es un excelente paso cuando tienes una deuda en mora o en legal.

Envía un claro mensaje: tu deseo de buscar una solución. Y eso es reconocido por la institución financiera o la empresa de cobros.

Llamar a tu banco

Cuando se te avecinan problemas económicos (desempleo, emergencias familiares y similares), lo más recomendable es que notifiques a tu banco que no podrás pagar tus cuotas.

En la práctica, muchas personas en esta situación no se acercan a su entidad financiera. Sencillamente, caen en la mora; hablar, creen, les traerá más problemas.

Todo lo contrario, al banco no le interesa perder dinero —ni perder un cliente tampoco, por cierto—, así que buscará una manera de, temporalmente, aliviar tu carga económica.

Luego de caer en la morosidad, surge una lesión en la confianza. No obstante, la mayoría de las veces las entidades financieras están dispuestas a negociar.

Así que puedes llamar a tu banco y solicitar un plan de pago. Ellos podrán fijar una tasa de interés momentánea más flexible. También pueden proponerte un nuevo préstamo de refinanciación, extender el número de cuotas u otras alternativas.

No me entiendo con mi banco

La mayoría de las veces, los propios bancos ofrecen soluciones a tus endeudamientos retrasados. No obstante, en algunas ocasiones puede suceder que el banco y tú no se entiendan.

Esto puede pasar por circunstancias como las siguientes:

  • Tu deuda es antigua y cayó en legal, y no te logras entender con el departamento legal por el lenguaje jurídico.
  • El lenguaje financiero y jurídico es un obstáculo para entender los términos de un acuerdo o una refinanciación.
  • El personal del banco, sobre todo del departamento legal, no quiere dialogar contigo (sucede muy poco).
  • Me avergüenza entrar en contacto con mi banco después de años en mora.

En esos casos, lo más recomendable es recurrir a un intermediario. Las empresas profesionales de cobranza pueden servir para ello.

Sí, aunque nunca hayas escuchado sobre este particular, la verdad es que en los últimos años estas empresas también efectúan estas intermediaciones. Y la razón es muy sencilla: han resultado muy efectivas en el descenso de la morosidad.

Así que por eso también te convendría tomar la iniciativa de llamar al cobrador asignado o a la empresa, aunque en el pasado hayas evadido sus llamadas.

Llamar para llegar a acuerdos

Habla con el cobrador e indícale cuáles son tus posibilidades de empezar a ponerte al día. El profesional te indicará cuáles posibles acuerdos puedes conseguir. Si es necesario hacer algún ajuste adicional para obtener una ventaja adicional.

En paralelo, el profesional de la cobranza va identificando qué tan fuerte es tu compromiso de pago. En ese sentido, explica las buenas prácticas económicas que has tenido para ir ordenando tus finanzas:

  • Planes de ahorro
  • Prácticas de reducción de gastos
  • Búsqueda de ingresos adicionales
  • Estado actual de la emergencia que originó tu mora
  • Apoyos económicos que hayas recibido (amigos y familiares)

Posteriormente, el cobrador y la empresa estudian junto a tu banco las alternativas para ponerte al día con ciertas ventajas.

Por cierto, toma en cuenta que saldar la deuda a través de un solo pago suele abrirte las puertas para un descuento atractivo del monto global adeudado. Esto es algo que puedes plantear a tu banco o solicitar a la empresa de cobranzas.

¿Cómo me comunico?

Puedes ingresar a la página web de las empresas de cobranza, estas suelen disponer de formularios o de mensajería instantánea (como WhatsApp) para tener una comunicación más directa y rápida, así como su número para llamar.

Cuando se trata de deudas que los bancos vendieron a otras empresas o de bancos que tuvieron quiebras, pues, la comunicación es directamente con la empresa de cobranza. Comunícate para que conozcas tanto los aspectos legales por los cuales tu deuda pasó de unas manos a otras como los beneficios que te pueden ofrecer con tu disposición a pagar.