Es una práctica común pedir prestado a quienes se tiene más cerca. Pero por frecuente no es necesariamente positiva. Aprende sobre los cuidados que debes tener al pedir (o prestar) dinero a tus amistades.
Los impagos pueden ocasionar el distanciamiento, la ruptura de la amistad, incluso el conflicto abierto. ¿Estás dispuesto/a a pagar ese precio?
La pregunta va en serio. Pudieras replanteártela de la siguiente manera: si mi amigo/a no me paga, ¿rompería la relación con él/ella? Debes responderte con total honestidad.
Deudas y dificultades en las amistades
Quien está en deuda, generalmente, atraviesa por una situación difícil emocionalmente. Una de las consecuencias más inmediatas son los sentimientos de vergüenza y frustración.
Muchas veces hay pena de reconocer el problema. La persona lamenta los aprietos económicos, pero también la pérdida de su estatus de vida. Algo que es más frecuente en la generación millennial.
Un estudio de la Credit Karma revela que 40% de las personas de esta generación se endeuda para mantener el mismo estilo de vida de sus allegados.
Cuando se recurre al socorro financiero de los amigos también puede haber inconvenientes. Ya el simple hecho de tomar dinero prestado pone cierta tensión en la relación.
Quien presta no desea que su confianza se vea traicionada. El prestatario, por su parte, puede sentir que su amigo/a vigila sus gastos y hábitos de consumo, como una forma de saber si actúa correctamente.
Pero lo que definitivamente genera grandes problemas es cuando, una vez pautado un préstamo, este dinero no se devuelve.
Lo primero es que se quiebra la confianza, tanto más cuando el impago no ha sido anunciado y el prestatario simplemente se aleja o evade a su amigo.
Luego aparece el distanciamiento, que se siente como una traición y como un aislamiento.
Si la situación se mantiene, y dependiendo de las personalidades, puede derivar en un largo alejamiento, discusiones y, en el peor de los escenarios, demandas legales.
Por todo lo dicho anteriormente, vale la pena preguntarse: ¿estoy en capacidad de saldar esa deuda que contraigo con mi amigo? Si me retraso, ¿qué tanto lesiono la relación?
¿Prestar dinero o darlo simplemente?
Especialistas en el tema financiero y de relaciones interpersonales recomiendan, más bien, entregar el dinero sin pedirlo de vuelta. Claro, en caso de que se pueda, que no represente una pérdida importante para el patrimonio.
De esta manera se ayuda a la persona y no se tiene la presión del compromiso.
Ahora bien, dar ese dinero debe hacerse con ciertas condiciones:
- No entregar dinero más de una vez.
- Ofrecer algún acompañamiento u orientación económica.
- No vigilar los hábitos de consumo del amigo.
Las amistades no se pueden basar en auxilios financieros. Esto solo genera una dependencia económica y, tarde o temprano, mellará la relación.
La ayuda económica es más eficaz cuando se sabe rendir y utilizar. Todo proceso de salir de endeudamiento debe venir acompañado de otras acciones:
- Planes de reducción de gasto.
- Ahorro y fortalecimiento de los fondos de emergencia.
- Hábitos de consumo más sanos.
- Cumplimiento del acuerdo de pago con el banco (sea en cuota, refinanciamiento o un saldo total).
Ayudar a tu ser querido con estos elementos puede ser un aporte muy significativo. No obstante, esto no es procedente con todos los tipos de personalidades.
Recientemente, se han estudiado casos de endeudamiento de jóvenes que empiezan en el mercado laboral. Al no tener experiencia financiera (ni educación financiera) terminan en sobreendeudamiento.
En esos casos, algunos padres brindan apoyo económico, pero a cambio llevan un control, conjunto, sobre los gastos, los ahorros y los pagos del crédito en mora.
Algunos hijos reportan que luego de esa experiencia aprender a controlar sus finanzas y ser autónomos.
¿Pero una solución como esa es agradable para dos adultos? No, necesariamente.
Así que lo más recomendable es guiar a tu amistad hacia instituciones, profesionales y especialistas que le puedan instruir en el ahorro, la recuperación económica y el manejo responsable de los productos financieros.
Préstamo de dinero entre amigos
Cuando se ha aceptado el préstamo entre las amistades conviene establecer unas reglas. La más importante de ellas es: ambas partes deben establecer claramente cómo se realizarán los pagos.
Posteriormente, el prestatario debe ser un fiel cumplidor del acuerdo.
Mantener la cercanía, sin que ello se convierta en una continua rendición de cuentas.
Quien prestó el dinero puede colaborar proponiendo salidas o encuentros que no representen gastos de dinero.
También es de gran ayuda enlazar a tu amigo con oportunidad de empleos adicionales, así como con asesores financieros que le permitan poner orden en sus finanzas y recuperarse.
En caso de que la persona incurra en impago. Hacerle un recordatorio amable. Tampoco es positivo presionarla con el pago completo retrasado. Es mejor establecer un acuerdo temporal con un pago más bajo. Esto último te permitirá sentir que no estás perdiendo dinero, mientras que la otra parte sentirá que no ha dejado de avanzar en su recuperación económica.