Eres de quienes tienen deudas, pero has estado poniendo orden en tus finanzas para cumplir. Entonces, le sacarás provecho a este artículo. Te enseñaremos cómo hacer un pago a saldo muy beneficioso.
Hay tres elementos vitales en tu caso:
- Orden y disciplina financiera
- Ingresos adicionales a la vista
- Descuento del monto de la deuda
Si suma los dos primeros factores te va a dar como resultado el tercero.
Planifica tu pago a saldo
Si tu endeudamiento se debió a situaciones sobrevenidas (pérdida no deseada del empleo, emergencia de salud, contingencia familiar, daños a tus bienes o propiedades, proceso de divorcio, etc.), y no se debió a mal manejo económico o al deseo premeditado de no pagar; pues, eres lo que suele considerar “deudor fortuito o temporal”.
Esta es la denominación, dentro del sistema bancario, que se le da a quienes tienen intención de pagar, pero no lo hacen en el momento por dificultades no premeditadas.
Son aquellos vistos con mejores ojos por los bancos, puesto que, en condiciones normales, ya hubieran pagado. También porque son los que tienen más disciplina, estímulos y habilidad para recuperarse de los endeudamientos.
Suelen ser los que salen a buscar ingresos adicionales: un segundo empleo, crear un emprendimiento o pequeño negocio, u ofrecer servicios profesionales o consultoría. Pero también los que incurren en estas prácticas positivas:
- Programan la inversión de su doble sueldo.
- Usan las bonificaciones sabiamente.
- Agendan (y agrupan) los ingresos adicionales por negocio o consultoría.
Así que si estás comenzando a sanear tus finanzas, toma en cuenta estas prácticas. Si ya las estás implementando, refuérzalas con las siguientes acciones:
- Ahorro.
- Reducción de gastos superfluos.
- Pago puntual de los servicios fundamentales.
- Dedicar más tiempo a la educación, el ejercicio al aire libre y al tiempo en familia.
Todo esto te va a enfocar en lo indispensable, en desarrollar hábitos para la estabilidad financiera a largo plazo.
Pago a saldo de tu deuda en mora o castigada
Pagar con un solo desembolso es más rápido y barato que hacerlo con un acuerdo de varias cuotas. La razón principal es que los bancos están dispuestos a hacer un descuento con tal de recibir el dinero pronto.
Para ello debes negociar con el banco. En caso de que te resulte engorroso, puedes recurrir a la agencia de cobranza, esta fungirá como intermediario para que ambas las partes consigan un monto que les satisfaga.
Esta posibilidad es particularmente útil con préstamos que, de tanto tiempo vencidos, los bancos optan por vender a otras empresas.
En esos casos tienes más posibilidades de negociar y entenderte con un nuevo acreedor. Estos suelen ser más flexibles y ofrecer descuentos atractivos, ya que no incurrieron en todos los gastos en que sí incurrió el banco original (el pago de una empresa de cobranza externa, las penalidades, gastos legales, tiempo del equipo propio en la gestión de la deuda, etc). En esos casos, es mucho más factible saldar la deuda con un desembolso gracias a lo que reúnas por la vía de doble sueldo, bonificaciones, ingresos por un segundo empleo o por trabajos adicionales puntuales.