Mi deuda no la tiene el banco, ¿quién la tiene?

Mi deuda no la tiene el banco, ¿quién la tiene?

¿Ha pasado mucho tiempo desde que tu préstamo cayó en morosidad? Han pasado meses, quizás muchos de ellos. Pero ahora quieres ponerte al día. Llamas o visitas una sucursal del banco. Empero te dicen: “Nosotros no tenemos su deuda”.

También puede ocurrir que te llamen de una empresa, que oyes mencionar por primera vez, y te digan que tienes una deuda con ellos, una similar a la que tenías con el banco.

Te preguntarás: “¿Es normal que esto ocurra?”. Sí, bastante. Ocurre aquí en República Dominicana y en muchísimos otros países. Los bancos suelen vender los créditos impagos que no han podido recuperar por mucho tiempo. Es una forma de mantener sus finanzas sanas.

¿Debo pagar a otra empresa que no es mi banco?

Sí, la venta que mencionamos es totalmente legal. En consecuencia, la empresa que adquiere el préstamo moroso está en todo el derecho de exigir el pago. Incluso, puede activar una cobranza judicial, que derive en un embargo de cuentas bancarias o de bienes muebles e inmuebles.

Pero ese es el escenario más negativo y no es el que aplicaría para ti si estás, justamente, buscando saldar tu compromiso.

Cuando la empresa te contacte, responde a su comunicación (correo electrónico, llamada, mensajería instantánea, etc.). No cierres la comunicación porque te pierdes de saber a qué trato pueden llegar.

¿Es posible refinanciar mi deuda con otro propietario de la deuda?

Sí, al menos en Templaris. La empresa tiene una política de brindar segundas oportunidades. Tras más de 20 años de experiencia, la compañía ha constatado que cuando se guía, se estimula y se trata con respeto al prestatario, se hace más efectivo el saldo de un préstamo en mora o castigado.

Igual de importante es que el cliente logra recuperar su tranquilidad, mejorar su clima familiar y afectivo, sentir más seguridad y animarse a mantener sanas sus finanzas.

Hay que recordar que saldar endeudamientos y llevar una vida financiera disciplinada permite obtener nuevos créditos, otros productos financieros, visados internacionales (de turismo, empleo o estudio), consolidar ahorros y patrimonio, y alcanzar metas financieras.

¿Qué gano con el refinanciamiento de Templaris?

Este mecanismo permite cerrar la vieja deuda, la que se contrajo inicialmente con el banco, y firmar el acuerdo por un nuevo crédito en condiciones mucho más flexibles que con una entidad de intermediación financiera.

Las ventajas pueden variar según el caso y las circunstancias:
  • Tasa de interés por debajo del promedio de la banca.
  • Lapsos más extendidos o ajustados a los ingresos del cliente.
  • Potenciales descuentos sobre el monto total de la deuda. 
  • Recurrir a una garantía cuando se trata de endeudamientos elevados.
  • Abonar o saldar el nuevo compromiso por medio de bienes.
  • Cuotas escalonadas en previsión de aumentos en los ingresos.

Estos son los principales acuerdos, pero la empresa puede evaluar cada caso y encontrar muchos más pactos acordados por ambas partes.

Otro beneficio crucial del refinanciamiento de Templaris es que al firmar el contrato del nuevo crédito, la empresa ordena de inmediato a los burós de crédito que el viejo endeudamiento aparezca como totalmente saldado. Esto representa un beneficio doble para el prestatario:

  1. Aumenta su score crediticio.
  2. Se abren las puertas para nuevos créditos.

Unas puntualizaciones sobre estos particulares. El score también mejorará con el pago puntual del refinanciamiento. Así que tienes más oportunidades de recuperar tu reputación y credibilidad en el sistema bancario.

El hecho de tener acceso a más opciones de crédito no quiere decir que las debas tomar sin más. Si tuviste problemas de sobreendeudamiento, en especial por imprudencia, entonces es bueno que los próximos préstamos que tomes después del refinanciamiento de Templaris sean controlados. Te dejamos este artículo que te puede ser de mucha ayuda. Ahora estás al corriente de las posibilidades que se abren para ti si tu deuda pasó a otro propietario. No es el fin del mundo; todo lo contrario, puede ser un nuevo camino (mucho más cómodo) para recuperar el control de tu vida financiera.