Este historial es el rastro que vas generando con el pago de tus créditos bancarios. También influyen servicios de empresas (es el caso de la electricidad, la telefonía o las compañías de televisión por cable).
Un buen historial es aquel que refleja puntualidad en los pagos, un balance adecuado del crédito y un uso comedido de ese dinero prestado. Mientras que, los impagos, morosidades y demandas legales hablan de un mal historial.
Estas acciones también se transforman en calificaciones. A mayor puntualidad mejora tú número de puntos, en una escala que usualmente va de 150 a 950. Mientras te vas retrasando en tus pagos se va deteriorando tu puntuación.
Esa calificación es lo que se llama score crediticio. Y ella repercute en el otorgamiento de créditos.
Poca cantidad de puntos hace que los bancos te pongan una tasa de interés más elevada. Esto también puede incluir otras condiciones para mitigar el riesgo. En el peor de los casos, sencillamente, te niegan el crédito.
Entonces, ¿cómo mejoras tu score crediticio en República Dominicana? Llévate de estas cinco prácticas para que tengas buena imagen y prestigio entre las entidades bancarias dominicanas.
Paga a tiempo y completo
El historial crediticio lo puedes consultar a través de los burós de créditos. Allí aparecen los nombres de los bancos que te prestaron, el monto prestado, el límite, cuánto demoras en pagar. Esto especialmente para el caso de las tarjetas de crédito.
Aproximadamente el 35% del score crediticio corresponde a la cantidad de días que pagas luego de la fecha de vencimiento.
La recomendación número uno para mejorar tu historial crediticio es pagar las cuotas de tus préstamos a tiempo.
Y esto es especialmente crucial cuando se trata de tarjetas de crédito. Lo ideal es pagar todo el consumo (y no solo el mínimo) antes de la fecha límite.
Y mientras más temprano saldes, mejor se verá en tu historial y darás una mayor garantía de cliente responsable a las entidades de intermediación financiera.
Esto también es válido con los servicios como electricidad y telefonía. Para no dar pie a despistes, es mucho mejor que automatices los pagos de estos a través de una cuenta bancaria o tarjeta.
Cuidar el límite de tus endeudamientos
Tener una tarjeta de crédito no debería ser para imprevistos, o al menos no para aquellos de cierto valor.
Se supone que para eso está el fondo de emergencia. Es decir, para una avería del vehículo, la reposición de un electrodoméstico que falló inesperadamente, etc.
La tarjeta debería ser para cubrir gastos menores, de modo que al mes no gastes más del 30% de su límite, y menos que menos superar el 50%.
No rebasar el 30% envía una señal clara a tu banco, y a los demás, de que no eres una persona derrochadora, que controla tus gastos y que tienes disciplina financiera.
Todas señales positivas a la hora de que busques en tu entidad financiera, u otra, un nuevo préstamo en el futuro.
Variedad de créditos
Un historial crediticio resulta positivo si en él hay varios tipos de préstamos. Pero, por favor, no confundir esto con una colección de tarjetas de crédito. No es lo mismo.
Lo primero hace referencia a un balance entre el crédito de consumo, aquel para emprender y el destinado a bienes más durables, como una casa o un vehículo.
Algo como esto habla de una persona que está echando raíces, que tiene metas a largo plazo, que está creciendo de manera planificada. Y, lo más crucial, que paga sus cuotas con puntualidad.
Una colección de plásticos crediticios, más bien habla de una persona propensa a las compras y gastos impulsivos. Alguien que no medita sus gastos, que compra y compra bienes y servicios que no son duraderos. Ningún desembolso, en definitiva, orientado a producir más.
Por eso tienes que ser sabio/a en la conformación en tu cartera de créditos.
Evitar las solicitudes compulsivas de crédito
Quizá no lo sepas, pero cada vez que solicitas un préstamo en un banco, este revisa tu historial crediticio.
Cuando haces varias solicitudes, al mismo tiempo, con varias entidades de intermediación financiera van bajando puntos de tu score crediticio.
La razón es muy sencilla: es indicador de una persona que está buscando liquidez con desesperación. Esto podría mostrar que quizás no tiene solidez financiera.
Por consiguiente, “¿podrá pagar un crédito diligentemente?”, es la pregunta que se hacen los bancos.
Lo recomendable para mantener un buen historial crediticio es hacer una o, máximo, dos solicitudes en bancos, cuyos productos crediticios hayas consultado previamente, y en los que consideres que tienes más posibilidades de aprobación.
Paciencia y educación financiera
No basta con pagar a tiempo este mes y el próximo no. Para tener un buen historial (y su respectivo reflejo en el score crediticio) hace falta ser constante con el tiempo.
Es decir, tener disciplina financiera. Esto no se reduce a la sola fuerza de voluntad (es un factor importante, como no), pero es la formación la que ayuda en gran medida a sentar cabeza.
Cuando se aprende a hacer un presupuesto, cuando se toman cursos y adiestramientos del Estado para emprender, cuando se asiste a charlas de auténticos especialistas, todo ello nos aporta conocimientos prácticos, atajos (en algunos casos) y recomendaciones realistas (en otros).
De esa manera se lleva mejor orden en las finanzas. El crédito pasa de ser una herramienta para “resolver” apuros del momento a un instrumento para apalancar el crecimiento planificado del futuro, ya no tan lejano.