Saldar una deuda bancaria morosa en escenarios donde se percibe un aumento de la inflación amerita que se evalúen modalidades y elegir la más conveniente. Esto es particularmente cierto cuando se trata de montos elevados.
Cuando se cae en impago de un préstamo bancario, cualquiera sea la modalidad del producto financiero, lo más idóneo es saldar completamente lo adeudado o buscar un plan de pago en cuotas que no se extienda demasiado.
Con un saldo completo, bien sea al banco o una empresa que compró tu compromiso insolvente, es posible conseguir algún descuento sobre el monto total de lo adeudado.
En tanto que un acuerdo en varias cuotas siempre es recomendable que se ciña a pocos meses, pues, el correr del tiempo puede dar oportunidad a que se presenten elementos que encarezcan el pago, sobre todo en momentos en los que se presente un crecimiento de la inflación.
El primer contratiempo que esta te presenta es el aumento generalizado de productos y servicios; en consecuencia, se podría afectar tu capacidad de pago
Por otra parte, un tiempo muy dilatado de un refinanciamiento o consolidación puede venir acompañado de aumentos en la tasa de interés.
Lo más recomendable es acogerse a un acuerdo con el banco de entre tres a cinco meses, que suele ser una forma de pacto muy común entre los bancos dominicanos.
Un acuerdo de esta naturaleza tiene como una de sus principales ventajas que la tasa de interés se mantendrá igual durante ese periodo.
Si tienes dudas sobre ello, puedes recurrir a la asesoría de la empresa que esté gestionando tu cobro.
Otra ventaja que ofrece esta modalidad es una mejoría en tu historial y tu score crediticios. En un lapso corto aumentará tu credibilidad dentro del sistema bancario.
La consolidación: pros y contras
Es cierto que este mecanismo posee unas ventajas. Antes de revisarlas, hay que resaltar que este beneficio se suele otorgar cuando el cliente todavía no ha caído en morosidad o cuando esta es muy reciente, que no supere los 60 días, por lo general.
Si esta es tu situación, te podrías beneficiar de recursos como los siguientes:
- Una sola cuota en lugar de varias al mes.
- Un solo monto mensual más bajo que la suma de varios créditos a la vez.
- Una tasa de interés generalmente más baja que el promedio de los otros créditos, sobre todo de tarjetas de crédito.
- Un lapso más dilatado para completar el pago del préstamo.
No obstante, este lapso dilatado pudiese en algunos casos encarecer el costo total del préstamo bancario.
Ejemplo de consolidación
Pongamos una situación hipotética en la que una persona tiene tres productos crediticios. Por el primero paga una cuota de RD$4,000; por el segundo, RD$2,300; y por el último, RD$2,500.
En total paga RD$8,800 al mes por los tres productos. Entretanto, una consolidación le deja una sola cuota al mes por el monto de RD$3,700.
A simple vista, la consolidación es una gran ventaja, representa RD$5,100 menos al mes. El detalle está en que la consolidación es por un lapso de 36 meses (tres años). Esta condición supondrá pagar RD$133,200 a la vuelta de ese lapso.
Pero la realidad es que se suelen hacer ajustes a la tasa de interés al menos una vez al año, en otros casos son semestrales. Supongamos que se realizan solo dos ajustes. Tras el primer año y un aumento de 7%, la cuota queda en RD$3,959. Tras pasar el segundo año y un ajuste de 5.5%, queda en RD$4,176. Al final el préstamo tiene un costo total de RD$142,020. Es decir, RD$8,820 más de lo que se había calculado con la cuota inicial.
Ahora bien, supongamos que al primer crédito le restan seis meses. Lo que daría un total de RD$24,000 para saldarlo por completo. Al segundo crédito le resta un año, para un total de RD$27,600. En tanto que al tercer crédito le restan año y medio, lapso en el cual sufre un ajuste de 8%, efectivo para el último semestre, lo que da un total de RD$46,200.
Cumplir a tiempo todos los compromisos saldría en RD$97,800, es decir, RD$44,220 menos de lo que se pagaría con la consolidación.
¿Eso quiere decir que la consolidación es siempre negativa? No, pero tampoco es una solución mágica. La lección de fondo es: hay que consultar con el personal del banco (sobre las variaciones de las tasas de interés) y sacar las cuentas.
El agregado de la inflación
Cuando agregamos el tema inflacionario, hay que tomar en cuenta que cuando hay mayor presencia de inflación, los bancos centrales suelen aumentar las tasas de política monetaria y esto también suele repercutir en tasas más altas en las entidades de intermediación financiera.
En consecuencia, hay que pensarlo bien sobre si extender demasiado un crédito.
Ahora bien, si el cliente tiene una situación complicada: se ha quedado sin trabajo o tiene deudas por razones de salud o de una emergencia; pues, es conveniente que consolide si no puede responder a todos sus compromisos, a sabiendas de que pudiera terminar pagando más. De lo contrario, podría enfrentar un escenario peor: una demanda y el embargo de bienes o de activos financieros.
Si se opta por esta alternativa, es importante recurrir a prácticas inteligentes:
- Reducir los consumos con tarjetas de crédito
- Reducir los gastos no indispensables en el hogar
- Tomar parte del dinero que destinabas a la deuda a ahorro.
De nuevo, cuando se está ante escenarios de creciente aumento de productos y servicios, sería bueno tratar de conseguir una consolidación que permita el abono a capital o el saldo total antes de tiempo sin penalizaciones o con penalizaciones bajas. De esa manera, pagarás menos por tu refinanciamiento.