Elementos importantes al negociar un periodo de gracia

Elementos importantes al negociar un periodo de gracia

Cuando las finanzas se comienzan a complicar es importante advertirlo a tiempo, antes de incurrir en impago y conversar con tu entidad financiera. Es lo más recomendable para llegar a un acuerdo de pago, formalmente llamado reestructuración. 

De lo contrario, comienza a deteriorarse tu score crediticio en el buró de crédito. Además, conforme pases más tiempo en morosidad las posibilidades de acuerdo pueden ser menos flexibles. 

Entre las opciones que puede brindar un banco en una negociación temprana, sin entrar en mora, está la consolidación(un nuevo préstamo que reúne varios créditos activos) o un periodo de gracia. 

Este último se trata de un lapso en el que te ves exento de saldar la cuota o un número reducido de cuotas. 

El doble filo del periodo de gracia

Es una herramienta muy útil para quienes tienen un pequeño déficit o reunir el dinero de la cuota les tomará apenas unos días más

Si te falta mucho dinero o te tomará meses para reunirlo, puede que te convenga más una consolidación que solicitar un periodo de gracia. 

Esto obedece a que, en muchos casos, durante ese periodo en que no te cobran se siguen generando intereses sobre saldo insoluto calculado diariamente, tal como suele establecerse en la mayoría de los contratos crediticios. 

Pasado ese lapso de gracia se suelen cobrar primero los intereses vencidos y luego la amortización de capital. 

Si te has ido por esta vía, recomendable cuando te falta poco dinero para completar la cuota; entonces, es bueno que pidas tu tabla de amortización actualizada. Con ella podrás verificar cuántos intereses generaste y cuándo se reanudará el pago normal de tus cuotas.

Excepciones

La modalidad que hemos detallado es la que se aplica en la mayoría de los casos, y ya ves por qué lo recomendamos para dilaciones pequeñas; los intereses, incluso por un lapso breve, pueden abultar la deuda. 

Hay algunas entidades, en casos extraordinarios, que no suman los intereses. Pero si ese es el caso, debería quedar plasmado por escrito. En estos escenarios también se suele alargar el lapso de vencimiento del crédito. 

Con más o menos intereses, la realidad es que este tipo de cambios en tu préstamo conforma una reestructuración crediticia. Por tanto, debe ser formalizada, tal como lo recuerda una circular de la Superintendencia de Bancos, fechada en abril de 2024: 

“Se consideran créditos reestructurados cuando las EIF (entidades de intermediación financiera) otorguen flexibilidades consistentes en periodos de gracia para el pago de capital y/o interés y extensiones de plazo de los acuerdos de vencimiento, que modifiquen los términos y condiciones de pago originalmente pactadas, conforme se establece en el Reglamento de Evaluación de Activos (REA)”.

Por otra parte, las empresas que compran deudas a los bancos suelen ser más flexibles con los lapsos de gracia y los intereses que los bancos, pues no están sujetos a los mismos procedimientos. De modo que negociar directamente con ellas —claro, cuando tu crédito ha pasado a su propiedad— puede resultar incluso más beneficioso. Ahora tienes más elementos de juicio para considerar y negociar un periodo de gracia con tu banco.