Tener préstamos y, sin más, perder el empleo es una situación estresante. De pronto, uno siente que pisa sobre una superficie inestable, que el mundo se estrecha y se hace asfixiante en torno a uno. ¡Pero respira! Te aseguramos que sí tienes margen de maniobra.
De seguro te preguntarás: “¿Tengo deudas y no tengo empleo? ¡¿Qué hago?!”. Hay al menos cinco pasos claves para empezar a tomar el control de la situación.
Notificar al banco y negociar
A veces puede parecer que este consejo es como arrojar a la gente a la boca del lobo.
Pero no es así, cuando estás cerca de incurrir en impago o cuando ya estás en mora, y te comunicas, lo que sucede es que estás dando la cara.
Las entidades financieras prefieren mil veces eso a los clientes que, simplemente, se esfuman. Y lo prefieren porque el deudor esquivo representa más gastos para los bancos:
- Cuotas que no cobra
- Intereses que se acumulan
- Penalidades que no le pagan
- Gastos asociados a la cobranza
- Gastos asociados a las acciones judiciales
- Engrosan la cartera morosa
Ya lo ves: no es poco lo que representa para las instituciones bancarias.
Así que responde tú mismo/a a lo siguiente: ¿ellas prefieren pasar por todos esos gastos u ofrecer ciertos acuerdos a los clientes a cambio de recuperar el dinero del préstamo un poco más tarde?
¡Lo segundo! Así que comunícate con tu banco, explica tu situación de desempleo; pero sobre todo informa sobre los esfuerzos que haces para conseguir un nuevo empleo e ingresos.
La organización financiera te puede ofrecer acuerdos de pago como estos:
- Reducción temporal del monto de las cuotas
- Correr o postergar por un tiempo el cobro
- Modificar momentáneamente la tasa de interés
Negociación a través de la agencia de cobros
Si ya estás en mora, incluso en legal, y estás recibiendo llamadas de cobranza, no te sientas perdido/a. Todo lo contrario: ¡la agencia de cobros puede ser agente de negociación!
Contrario al enfoque de años atrás, las empresas de recuperación de deudas pueden servir de puente entre clientes y bancos.
Por su experiencia en el entorno bancario dominicano, así como por la preparación de su personal, pueden:
- Escuchar cuál es tu realidad financiera
- Ofrecerte asesoría financiera
- Vislumbrar unas primeras posibilidades de negociación con el banco
- Plantear las alternativas a la entidad financiera
- Conseguir un acuerdo de pago más realista para ti
Lo más importante que debes hacer para tener acceso a esto es no colgar las llamadas de la empresa de cobranza. Dialoga.
Consolidación de deudas
Algunas entidades pueden ofrecer refinanciamiento, sobre todo cuando todavía no se ha caído en impago o hace muy poco tiempo de esto.
Un procedimiento como este aglutina varias deudas (préstamos personales, tarjetas de créditos, créditos para vehículos, etc.) y los lleva a una sola, con una sola cuota al mes, con una sola tasa de interés. Los beneficios son:
- Un crédito con cuotas menos elevadas
- Simplificación del pago
- Tasa de interés más manejable y atractiva
Así que esta es una posibilidad que pudieras explorar negociando con tu banco.
Refinanciamiento de deudas
¿Y qué pasa si tengo mucho tiempo en morosidad? ¿No tengo ninguna alternativa? Claro que sí. Nunca, pero nunca, es tarde para negociar.
Existe una posibilidad para estos escenarios: el refinanciamiento a través de una tercera institución financiera.
Cuando las deudas de un banco, generalmente porque pasan un buen tiempo sin cobrarse, son vendidas a otras empresas, estas pueden implementar acuerdos de pago más flexibles.
Hoy en día hay empresas que compran deuda en República Dominicana y que ofrecen esta posibilidad, Templaris es una de ellas.
La empresa puede cerrar tu deuda actual, es decir, que aparecerá como saldada en tu historial crediticio. A cambio, se abre un nuevo crédito con muchas más flexibilidades:
- Lapsos muchos más amplios para pagar
- Tasa de interés atractiva
- Montos bajos para las cuotas
- Condonación de una parte de la cantidad adeudada (en algunos casos especiales)
Cuando el tiempo ha pasado, esta, definitivamente, es una buena opción para ti.
Identificar y reducir gastos
Para obtener una radiografía de tus finanzas debes contabilizar tus gastos corrientes: vivienda, alimentación, transporte, educación, salud, servicios, recreación y compras.
Lo ideal es que registres tus gastos en cada uno de estos rubros por un mes.
Luego identificarás más fácilmente dónde estás destinando dinero a cosas de poco importancia:
- Golosinas, comidas fuera de casa, alimentos de marcas premium
- Servicios en línea
- Salidas
- Compra de ropas y accesorios
- Gastos hormigas
Cuando identifiques eso que, de no existir, no afectaría sustancialmente tu vida; entonces, vas a dar con un monto con el que puedes ir pagando deudas.
Y es que una cosa es el dinero para pagar la casa o el alquiler y otra muy distinta las comidas fuera de casa, los cafés en la calle, el servicio de streaming, el cereal supercostoso, los accesorios, etc.
Puedes sustituir algunas cosas por otras: marcas de productos alimenticios, deporte al aire libre en lugar del gimnasio, mantener un servicio de streaming en lugar de ir al cine y comer fuera… y con ello vas consiguiendo aunque sea un pequeño monto para el pago de deudas.
Buscar ingresos complementarios
Al quedar sin empleo, lógicamente comenzamos a buscar otros empleos formales. No obstante, estos pueden tardar en aparecer.
Entretanto, es útil que hagas trabajos pequeños que puedan generarte aunque sea ingresos. A continuación algunas ideas:
- Asistir a personas mayores o con alguna enfermedad
- Pasear o cuidar mascotas
- Realizar labores de mantenimiento
- Guía turística
- Rentar una habitación de tu casa
- Alquilar un puesto de parqueo que no estés usando temporalmente
- Labores de asistencia (hacer la compra, transporte escolar, etc.)
- Realizar diligencias administrativas para otros
- Cocinar por encargo para ocasiones especiales
- Conducir para otros a través de servicios de apps
- Dar clases o ayudar con las tareas escolares de niños y adolescentes
- Rentar o alquilar alguna maquinaria o equipo
Combinando varias de estas opciones, puedes generar, al menos, algunos ingresos para no descapitalizarse más y asumir algunos gastos básicos mientras aparece ese empleo formal.
Cuidar de tu bienestar físico y mental
Los endeudamientos son estresantes. Estas situaciones mal llevadas o prolongadas en el tiempo pueden deteriorar la salud:
- Aumento del peso
- Ansiedad
- Depresión
- Insomnio
- Irritabilidad
- Aumento de dolores corporales
En tal sentido, siempre es recomendable hablar, desahogarse con los allegados. Pero también en tono positivo; tantear posibles soluciones.
Por cierto, contando a otros por lo que atraviesas pudieras conseguir recomendaciones para un nuevo empleo o ideas para generar un ingreso momentáneo.
También es recomendable alimentarte de manera balanceada, hacer actividades relajantes como paseos, ir a eventos culturales gratuitos, caminatas, yoga y ejercicios de respiración.
Estas prácticas reducen el estrés, despejan la mente e incluso pueden propiciar ideas ingeniosas para ayudar con tu economía.
Pagar la deuda
Con la negociación con el banco o la empresa de cobranza, con los ingresos momentáneos y/o con la reducción de gastos puedes ir generando aunque sea un poco de liquidez.
Paga la deuda de mayor interés
Buena parte de la literatura de finanzas personales recomienda atender en primer lugar las deudas con la tasa más elevada.
¿Por qué? Puesto que dejarla correr va generando más endeudamiento, del cual es más difícil salir.
Por cierto, en estas condiciones jamás se te ocurra pedir otra tarjeta de crédito. Puede ser tentador pensar: “Es solo por un momento mientras consigo un nuevo puesto de trabajo”.
El detalle está en que no sabemos cuánto va a demorar en aparecer ese empleo. Así que endeudarte más con algo tan volátil como las tasas de interés de las tarjetas es de mucho riesgo.
Paga la deuda más pequeña
Quizá la liquidez que has podido reunir no sea muy grande. En ese caso, paga la deuda de monto más pequeña.
La saldarás con relativa rapidez, eso generará dos cosas positivas: una buena satisfacción y el comienzo para el método bola de nieve.
Este consiste en que una vez saldada esa deuda pequeña, el monto que se destinaba a ella se sigue utilizando y a esa cantidad se le suma un porcentaje más. De modo que paulatinamente se va incrementando el porcentaje de los ingresos que se destina al pago de deuda. A la vuelta de un tiempo te sorprenderá cuánto has avanzado en el saldo de créditos en mora.